El Tránsito

Dice la definición de Boliche: 

Lunfardo (Argentina)
(pop.) Casa donde se venden comestibles. Casa de negocio al menudeo. Establecimiento comercial o industrial de poca importancia, especialmente el que se dedica a la venta y consumo de bebidas y comestibles, almacén y despacho de bebidas.
La geografía Argentina es pródiga en este tipo de establecimientos. Uno se los imagina y los ha visto. Si les cuento que existe uno que se llama «El Tránsito» fácilmente sus mentes lo ubicarán en un imaginario cruce de rutas de la provincia de Buenos Aires narrado como nadie por Osvaldo Soriano. Pero si  les digo que está sólo a 30 cuadras de Plaza de Mayo me creerían?

OchavaEl Tránsito es un boliche que se encuentra en la esquina de Constitución y Urquiza. En San Cristóbal, barrio que no figura dentro de los «paquetes turísticos» ni de la consideración masiva, pero que, quizá, posea la reserva de cafés, bares y boliches en estado original más rica de toda la ciudad de Buenos Aires (los que iré contando). Su nombre no tiene nada que ver con el intenso ir y venir de colectivos que circulan por ambas calles. Me cuenta Marta, sobrina de los propietarios, que la denominación recuerda al pueblo «Balde de tránsito» cerca de Villa Dolores, Córdoba, de donde proviene la familia. Sigue leyendo

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Bar El Colonial

plano_garayEl Bar El Colonial abrió sus puertas como almacén-bar hace más de ochenta años en la esquina de la Av. Belgrano y Perú. La esquina forma parte del ejido original trazado por Juan de Garay en la segunda y definitiva Fundación de Buenos Aires. Es decir, la Historia le pasó por delante. En la década del ’50 la polémica «Ley de Agio» obligó al cierre temporario. Años después reabrió como Bar. En la actualidad, desde hace 10 años, El Colonial está en manos de los hermanos Julieta y Alejandro Vázquez quienes se han propuesto rescatar el valor histórico y patrimonial que la esquina tiene para aportarle a la ciudad.

otto wolfHacia 1782, en la vereda de enfrente, donde está el emblemático edificio de Otto Wolf, supo estar la casa del Virrey Del Pino (mandato 1801-1804). A su muerte, y por muchos años, siguió viviendo su viuda dándole a la casa el popular nombre de «Casa de la Virreina Vieja». Posteriormente, en el solar funcionó el primer banco Monte Pío de Buenos Aires que fue precursor del actual Banco Ciudad. Contiguo al Bar, sobre la Avenida Belgrano, se encuentra la Iglesia Prebisteriana San Andrés (1896). Su vecino por la calle Perú es la Vidriera de la Dirección de Enseñanza Artística (GCBA).

Entre los parroquianos famosos que frecuentaron El Colonial se encuentran: Jacobo Timerman (tenía la redacción de la Revista Primera Plana en el edificio Otto Wolf), Ramiro de Casasbellas y Tomás Eloy Martínez (redactores de Primera Plana), Jorge Luis Borges (en su paso hacia su trabajo en la Biblioteca Nacional de la calle México), el ex-Canciller Dante Caputo y otros correligionarios del vecino Comité de la UCR. Página/12 funcionó a media cuadra durante más de 10 años y sus periodistas lo visitaban a diario. La puesta estética responde al inconsciente colectivo. Amplios ventanales para ver pasar la vida, mesas y sillas adecuadas al entorno, barra con banquetas, ventanas guillotina, piso granítico, banderines del Club Deportivo Español y de Independiente de Avellaneda. O sea, que no hace falta explicar el origen de sus dueños. Sigue leyendo

Las 3 violetas. Un café de película.

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El Distrito Tecnológico, en este caso el barrio Parque Patricios, está renovando la zona sur de la ciudad. En su devenir, por contraste, comienzan a salir a la luz un sinnúmero de joyas patrimoniales expuestas en formato Cafés. Algo así como el descubrimiento arqueológico de pirámides. De algunos nos hemos ido ocupando en otras entradas como por ejemplo el Florencio Sánchez y El Cotorro.

Hoy le toca a Las 3 violetas. Don José Díaz, oriundo de La Coruña, se hizo cargo del «templo» en 1969. El café queda en la esquina de Uspallata y Labardén, donde hubo una lechería, justo enfrente del viejo mercado de aves y huevos (actual dependencias del Distrito Tecnológico). Sigue leyendo

Darín, Francella y nuestra pasión por el café

Buenos Aires tiene un listado de 73 cafés Notables. Sin embargo, la tradición de ir al café lo excede largamente. Ocupa todo el territorio de la ciudad. Se expande por todos sus barrios. Para los porteños el café es un templo. Y cumple las funciones de tal. Se ingresa al templo para adorar a los dioses, meditar, confesarse; o para marcar una distinción entre el exterior superficial, capitalista e insensible, con el interior: profundo, humano e íntimo.

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Los templos (de la religión que sea) se construyen con imágenes que se veneran. Materiales reconocibles. En el café también. El piso en damero, las mesas de madera con sus sillas thonet, la barra de estaño, los banderines, un ventilador y las estampitas paganas.

Bar Devoto

Y así como para un creyente da igual la Capilla Sixtina que un altarcito en la ruta, igual sucede con los porteños y su café. Que puede no disponer de los materiales mencionados. No importa. Lo tenemos en nuestro imaginario y así lo vemos. Y puede ser un Notable como que apenas se note. Un café del bajofondo. Un tugurio.

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El vínculo entre Buenos Aires y sus cafés es fanáticamente religioso. Tanto que lo reconocieron con un Oscar en Hollywood. ¿Acaso no te acordás del «Secreto de tus ojos» cuando Francella explica la pasión por los comulgues cotidianos en su café preferido?