Bar El Progreso

En la esquina de la Avenida Montes de Oca y California sobrevive abierto el Bar El Progreso, último exponente de lo que fue una arteria con bares y cafés que no pertenecían (como hoy) a franquicias desterritorializadas. La antigua calle larga de Barracas fue pródiga en boliches que expresaban con orgullo su carácter local y que empleaban un lenguaje propio y afín al barrio.  Montes de Oca (MdO), desde su nacimiento en el cruce con Caseros hasta el Riachuelo, cobijó (aunque fueron muchos más) a: “El sol”, MdO e Ituzaingó; el café y pulpería “La luna”, haciendo esquina con Uspallata, lugar de payadores; “El pensamiento”, en la esquina noroeste con Brandsen (cerrado hace unos pocos años); la pulpería, -luego bar, finalmente pizzería café- “La banderita”, famosa posta de carretas y almacén con despacho de bebidas que funcionó desde la época de Juan Manuel de Rosas hasta 1983 en el mítico cruce con Suárez (esquina noroeste); “El león”, MdO y Australia (hoy Quinquela Martín), esquina noroeste, tocaba Agustín Bardi a principio del siglo XX; el café “Una noche de garufa”, MdO 1675/81, regenteado por Eduardo Arolas junto con Luis Bettinelli hacia 1912, se dice que el espacio lo amoblaron con el descarte del Cabaret Armenonville; el T.V.O., MdO 1786, casi esquina Iriarte, que ocupaba la punta de la quinta donde transcurrió el drama Amalia de José Mármol; y, por último, “Tres esquinas”, viejo baluarte del arrabal,  como escribió Enrique Cadícamo para el tango homónimo, en MdO y Osvaldo Cruz, esquina noreste.

El Bar El Progreso (Café Notable de Buenos Aires, por cierto) ocupa la planta baja de un edificio construido en 1911 (que antes fue la farmacia Villela). Supo tener un salón familiar diferenciado. Hoy es una única planta amplia y luminosa que ha servido como set de filmación para largometrajes y cortos publicitarios de megamarcas. Abrió sus puertas en 1942 con un nombre que representaba el latir cotidiano de una época con sueños de prosperidad. La construcción de la autopista 9 de Julio en su unión con el Puente Pueyrredón le restó de un flujo vehicular que lo ubicaba en un lugar central para convertirlo en un bar de los márgenes. Cosas de otro progreso. Un retroceso.

Foto: @gabynahumada

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Confitería Saint Moritz

La Confitería Saint Moritz funciona desde abril de 1959 en la esquina de Paraguay y Esmeralda. Ocupa la planta baja de un edificio que es fiel exponente del barrio de Retiro. Como lo es su salón y denominación. Saint Moritz es un complejo turístico alpino (queda en Suiza). Destino vacacional que también lo fue de muchos en la barriada, aunque no se accediera por la ruta 2. Equidistante de la calle Florida, es decir, de las Grandes Tiendas Harrods (el Florida Garden no existía todavía, pero sí la Confitería Augustus) y de la Plaza San Martín. Su época de esplendor fue la década de los años sesenta cuando completaba las salidas para familias vecinas que caminaban las cuatro cuadras hasta los cines de Lavalle.

Pero la magia del lugar, además de que siga abierto, es su cartelería que se mantuvo sin alteraciones durante tantos años en los cuales el marketing y los modos del lenguaje lo modificaron todo. Quien observó este detalle y lo hizo público fue la diseñadora gráfica Julieta Ulanovsky (@julietaula del @estudiozkysky), que, además, junto a la diseñadora Sol Matas crearon una tipografía llamada, y como no: Saint Moritz (+ info en la web). Dice Julieta “es una tipografía con un cierto aire de dibujo de manga repostera. Pero no es empalagosa. La letra evoca algo de la belleza simple e inocente de las Confiterías, esos lugares donde aún se usa el buen trato, la delicadeza de una carta esmerada y el cuidado para lo que será un momento de goce puro. Momentos para compartir con una amiga, con una cita, con la gente del lugar, para leer un libro o únicamente mirar por la ventana.”

Sin más.

El hecho curioso es que se desconoce quién fue el autor del cartel. Probablemente haya sido encargado a un letrista o carpintero que legó a Buenos Aires de una imagen que hoy distingue a este rincón, entre tantos bares y cafés, y que ya forma parte de nuestro patrimonio urbano. Una cartelera tipográfica que cuenta a Buenos Aires. Construida por un porteño tipo.

La foto 1 es mía, la 2 de @alejandroarcuri, la 3 uso de tipografía Saint Moritz para el film “Fanny camina” de Alfredo Arias e Ignacio Masllorens.

#saintmoritz #cafécontado #buenosaires #retiro

Confitería Saint Moritz – Paraguay y Esmeralda – Retiro – Buenos Aires
Foto: Alejandro Arcuri
Uso de tipografía Saint Moritz

Bar La Paz

Guardo mi banco de fotos viejas de cafés y bares de Buenos Aires en una nube que alojo en mi cerebro. Es por eso que cuando una lectura, mención o referencia me activa un recuerdo, de inmediato voy al registro. En este caso, fue leyendo el libro “Migré” de @liliana.viola. Liliana es una gran escritora y editora de quien aprendí mucho. Pasamos unas buenas jornadas cafeteras en Boedo mientras me conducía por un texto que ya verá la luz. La segunda reminiscencia fue la telenovela “Rolando Rivas, taxista”. En su temporada 1 se emitió las noches de los martes de 1972. Yo cursaba sexto grado y a esa hora ya estaba en la cama. Mis padres la seguían, también acostados, a través de un pequeño televisor apoyado sobre la cómoda de su dormitorio. Desde la oscuridad del mío, apenas sonaban las primeras estrofas de “Taxi mío” -el tango de inicio- sentía que esa, y ninguna otra cosa, era la felicidad. (Recién al año siguiente cuando Migré puso al aire “Pobre diabla”, los viernes, me permitieron “trasnochar” para dejarme llevar por ese mundo mágico y migreano que me acompañó durante toda mi adolescencia). En tercer lugar, por último, La Paz.

Liliana inicia el capítulo 1 de su libro narrando un encuentro fortuito que tuvo con Alberto Migré en febrero de 2006 en el bar La Paz. Y cómo no pudo o supo abordarlo. La secuencia es exquisita. Digna de uno de los tantos y recordados personajes poderosos que el dramaturgo dio vida en la pantalla chica. La foto la elegí porque es de principios de los años ’70. (El Dodge 1500 salió a la venta en 1971 y, muy pronto, fue taxi.) Esos donde Migré construyó sus más grandes éxitos. Que corrían junto a otros logros (comparados con las cifras actuales) que señalaban los índices de ocupación, crecimiento y educación de la Argentina. En 1972, el gobierno militar puso fin a las proscripciones y llamó a elecciones libres. Comenzaba la postergada normalización institucional y la consolidación del progreso social. Pero pasaron cosas.

El Bar La Paz, antes y después, fue célebre por un sinnúmero inagotable de situaciones y personajes que pesaron fuerte en nuestra historia política y social. Hoy, no existe más. No tenemos paz.

PD: el libro “Migré” fue censurado y retirado de las librerías. El archivo en PDF circula por la web. Recomiendo su lectura.

 #lapaz #cafécontado #albertomigré #migré #buenosaires

La Puerto Rico

En La Puerto Rico leí Rayuela. Este hecho menor, anécdota personal, es lo primero que se me viene a la mente cuando sé de algo del café. Durante siete años (1990-1997) fui los mediodías laborables a comer y leer. Trabajaba en Plaza de Mayo y cuando mis compañeros de laburo encaraban hacia los bares de Reconquista o 25 de Mayo, yo, que iniciaba mis treintas, cruzaba la plaza rumbo a este @bardeviejes de Alsina 416, abierto en 1925 (en su origen, 1887, estaba ubicado sobre la calle Perú entre Alsina y Moreno, en la cuadra del viejo Mercado del Centro) y mesas con tapas de mosaico granítico negro y el nombre incrustado en estaño.  

Claro que en los siete años que lo visité leí mucho más que la novela de Julio Cortázar. Como que empecé yendo de casado y dejé de frecuentarlo estando de novio. Siempre atendido por Segundo a quien no tenía más que saludarlo para que me preparase un tostado de jamón y queso en pan negro y un café con leche.

A La Puerto Rico la conocí de niño cuando la rayuela no era otra cosa que un juego escolar. Era la parada obligada en las caminatas que tenía con mi padre cuando lo acompañaba desde su oficina, de la calle Florida y Perón, hasta la Aduana y vuelta.

Luego de un cierre total provocado por la pandemia, ahora anuncia su próxima reapertura. Volveré. La Puerto Rico siempre será para mí el sitio donde llego al cielo.

#lapuertorico #cafécontado #montserrat #cafénotable #buenosaires

Foto: @baenegocios

Reconquista y Perón

La city porteña antes de ser un monolítico bloque de entidades financieras fue un rincón con comercios minoristas, hoteles y bares. Y su epicentro la esquina de Reconquista y Perón. La intersección se ubica en el barrio de San Nicolás, conocido en la historia como Catedral al Norte, barrio de La Merced, barrio de los ingleses, o barrio recio o del taco verde. Pero ese es otro cuento. En este me referiré al período transcurrido entre fines del siglo XIX y comienzos de XX. La construcción del muelle de pasajeros frente al convento de la Merced generó un ámbito de prosperidad mercantil acompañado por nuevos establecimientos de servicios como el Hotel de Faunch, luego Club de Residentes Extranjeros, la fonda de Doña Clara, la fonda de Smith, la de Thorne, la de Kent, la de Keen, la de Provence, etc. El Hotel de la Paix ocupó la esquina sudoeste frente a la Iglesia de La Merced. Fue diseñado por los genoveses Nicolás y José Canale (de quienes ya hablé en otros posteos). El edificio de dos plantas y torre mirador, funcionó como el primer hito urbano civil no dependiente del estado. Luego el Banco Español lo destruiría en 1903 para unificar las tres secciones de la propiedad en un gran predio y palacio comercial. En la planta baja funcionaba la Confitería Anglo Belga, foto 1 del año 1886. Las fotos 2 y 3 son la misma esquina, pero mirando por Perón hacia el oeste. Ya se observa el Banco Español donde estuviera el Hotel y el Bar de Pasage (sic) donde hoy funciona el Banco Galicia. Con respecto al nombre del bar no olvidar la cercanía del muelle de pasajeros. También se observan las rejas de la Merced. Y por el transporte puede inferirse que son las primeras décadas del siglo XX. La foto 4 es una toma de Reconquista mirando hacia el sur. A la derecha vuelven a verse las rejas de la Iglesia. Enfrente, la Confitería de la Merced, más el Banco Español a la izquierda y el toldo del bar. De cuando a pasos de Plaza de Mayo existían cafés a su merced.

Fuente: Marcelo Weissel para el Centro de Arqueología Urbana

#cafécontado #reconquistayperón #buenosaires

Foto1: Hotel de la Paix – Confitería Anglo Belga
Foto: Bar del Pasage
Foto 3: Banco Español – Bar del Pasage – Iglesia de la Merced

Foto 4: Confitería de la Merced – Banco Español y del Río de la Plata (Iglesia de la Merced y Bar del Pasage)