Crónica Café/La Ibérica

Buenos Aires es una sobredosis de información. Caminarla es recibir a cada paso diferentes referencias de época, culturas, arquitecturas, que lejos están de las urbanizaciones armoniosas y relajadas de otras ciudades del mundo. En ese caos tan agobiante (como también excitante) se ocultan tesoros que aún estando en senderos que se recorren con frecuencia ocultan sitios que cuentan la historia de vida porteña. Hace pocos días circulando en auto por la Avenida Entre Ríos, en el cruce con Cochabamba, observé algo que me llamó la atención. Debo decir que en 55 años no lo había notado (el Café, me enseñaron luego, data de 1950), pero esa tarde noche, con esa luz invernal, La Ibérica brilló como nunca. Pocos días más tarde volví. De mediodía. La esquina se me presentó como un espacio noble. Entrada de roble a dos hojas, piso original, barra con estaño, ventana guillotina; un espacio con carácter.

La Ibérica, Constitución - Ph: Café contado

La Ibérica, Constitución – Ph: Café contado

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Crónica Café/Petit Colón

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Petit Colón, San Nicolás (Tribunales) – Ph: Café contado

El auto estaciona en la puerta del café. La mitad de la cola ocupa el espacio de la rampa para discapacitados. El policía de la Federal que cuida la esquina se incomoda. Aunque no esté dentro de sus atribuciones se supone que debiera decir algo. Al menos manifestarle al impune conductor de la inapropiada acción que acaba de realizar. En verdad, la cuadra entera está ocupada de autos en infracción. Estacionar en esta calle céntrica está prohibido. Pero, los porteños tenemos esa relación con la ley. La sometemos a nuestra voluntad. Hasta aquí una situación de ilegalidad cotidiana que no sorprende a nadie. Salvo que el hecho desafiante sucede en plena zona de Tribunales, sobre la calle Libertad, en la puerta del Petit Colón. Sigue leyendo

Crónica Café/La Embajada

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Estación Sáenz Peña, Línea A – Ph: Café contado

El sonido de la chapita rodando por el piso me reanimó. Después de la visita al desalmado 36 Billares en la Avenida de Mayo, la protección buscada en La Embajada, sobre la calle Santiago del Estero, me puso nuevamente en eje. Sigue leyendo