En mi última historia les hablé de Corrientes y Esmeralda. En la esquina SE el empresario Emilio Bieckert contrató al arquitecto alemán Fernando Moog para construir un hotel y un teatro. Moog levantó el Hotel Royal con entrada por Corrientes 782 y el teatro Odeón en Esmeralda 357, inaugurándose el conjunto en 1892. Foto1 postal de época. En la esquina del Hotel se alzaba el bar Royal Keller, años más tarde Confitería Cabildo, que contaba con un subsuelo en el que Enrique Lepage hizo la primera presentación cinematográfica en 1896.
En la foto 2 (1892, año de apertura) se observa en primer lugar el Teatro Odeón y todo el conjunto edilicio. (Tuve la suerte de conocer el teatro, antes que lo demolieran en los ’90, cuando vi Drácula con puesta de Sergio Renán). Y en la foto 3, Makarius, 1964, la Confitería Cabildo.
Días atrás me topé con la foto 1. Y ocurrió algo inexplicable. El registro fotográfico cuenta del ensanche de la calle Corrientes y, como se observa en el fondo, con el Obelisco en plena obra. Con este dato, la foto, que mira de este a oeste (del Bajo hacia arriba), debiera ser fechada en 1936. Lo curioso de la toma es la marquesina del Café Marzotto. Y a su izquierda la pizzería Las Cuartetas y más a la izquierda el viejo Cine Teatro Porteño (con su nombre escrito en forma de escalera ascendente). Y aún más a la izquierda se percibe la construcción del Teatro Ópera. Mayor confirmación imposible, la ubicación es Corrientes al 800, entre Esmeralda y Suipacha, del año 1936. El extraño suceso es que todas las fuentes consultadas (textos de Jorge Bossio, Roberto Peláez y Diego Ruiz) ubican al Marzotto en Corrientes al 1124 (actual Restaurant Revire), o sea, del otro lado de la 9 de Julio, entre Libertad y Cerrito. El Marzotto fue un reducto tanguero de excelencia. Como que Ástor Piazzolla estrenó su primera orquesta propia con Atilio Stampone en el piano. Intrigado con la sorprendente localización, encontré otra foto, la 2, de 1950, que en este caso mira desde el Obelisco hacia el Bajo. Ahora el Marzotto está reconvertido en un local de La Vascongada, Las Cuartetas siguen en su sitio, aunque modernizada y el Porteño continua
inalterado. La foto muestra, además, en la esquina de Esmeralda, el viejo Hotel Royal que contuvo al famoso bar Royal Keller (lo que se ve es el Café Cabildo, pero ya contaré las transformaciones de esa esquina), y donde Raúl Scalabrini Ortíz situó al “hombre que está solo y espera”.
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