En Buenos Aires el Café de la Esquina forma parte del ADN que nos constituye. Su espacialidad puede ser reconstruida en el imaginario de todo porteño. Hoy, son muy pocos los que conservan esa estructura matricial. El barrio Villa Pueyrredón tiene uno: El Motivo.
El Motivo parece un templo arqueológico no descubierto por la modernidad. Su mimetismo con el entorno barrial logra mantenerlo oculto y preservado en su estado original. Más la sólida resistencia de su propietario don José Escobar. Queda en la esquina de Salvador María del Carril y Zamudio. De la vereda de Villa Pueyrredón (que debiera cuidarlo y presentarlo como una de sus más preciadas joyas). Al atravesar el umbral de la ochava se experimenta la sensación de armonía, serenidad y paz que transmite la naturaleza en su estado puro.
El Motivo sirve el cortado en vaso de vidrio, el azúcar se ofrece en terrones, las ventanas cierran guillotina, los sanguches de miga se lucen en campanas. Hasta exhibe en su salón una heladera Siam de madera. Las delicatessen de la carta son: pasta frola o alfajorcitos de maizena. De las paredes cuelgan fotos de Gardel, Troilo, Goyeneche, la partitura del tango «El motivo» de Pascual Contursi. La música ambiental es una radio que transmite tangos. Nada de todo esto es casual ni pretende ser un gancho que atraiga al turismo. Es real porque así lo siente Escobar (como lo llaman los parroquianos), fanático de Gardel y del Tango. Así, en ese orden.
El Motivo es un milagro. Punto de reunión para los vecinos de Villa Pueyrredón, Agronomía (cruzando S. M. del Carril) o Villa Urquiza (a pocas cuadras y muy cerca de El Faro. También es parada regenerativa de taxistas. Un lugar íntimo e ideal para escribir, leer, revelar confesiones.
El Motivo funciona desde 1959. Abre de lunes a sábado de 7 a 20 hs. Es una joya como casi no quedan en Buenos Aires. Absolutamente IMPERDIBLE. Escobar me muestra con orgullo la nota del Gobierno de la Ciudad que lo declara Café Notable. Merecido que lo tiene aunque todavía no figure en las guías o en el listado oficial. Escobar es argentino y hace 50 años que está en el rubro. Con un grupo de gallegos tuvo el Café de La Bolsa de Cereales en la Av. Corrientes y Bouchard, frente al Luna Park. Allí, un viejo cliente les obsequió un Carlos Gardel dibujado a lápiz que hoy se exhibe orgulloso en una pared de este templo de Villa Pueyrredón.
Pero, El Motivo esconde un valor aún mayor a todo lo dicho. Ezequiel, 19 años, nieto de Escobar, trabaja en el Café y es la certeza que por muchos muchos años más Buenos Aires disfrutará de un espacio sin par.
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http://www.todotango.com/Spanish/las_obras/Tema.aspx?id=58x6vNjAVUU=
El dibujo de Gardel, que cuelga de la pared en esta capilla es muy particular, se lo ve taciturno, sin esa sonrisa característica que lo distingue como un emblema iconográfico de esta ciudad. La luz en la tela entra de tal manera que el dibujante lo sorprendió en algún amanecer de esos en que el sol te delata sin antes haber descansado, su cara de preocupación refleja una melancolía muy particular en su rostro, pocas veces ví una imagen tan distinta del «mudo» a las mas trilladas y habituales.
Yo despues de cortas noches, lo mire mientras reponía energía con un cortadito en vaso, y en esas muchas mañanas esa cara que transmite un claro sabor amargo me hicieron pensar en su mueca, en ese gesto palido, de bajón, único, que lo distingue entre tantos otros bares de Baires.
Que aporte!!!! Muchas gracias Alejandro por enriquecer mi texto. Se desprende que disfrutas seguido del Café de Escobar!
y cambias de religión, de peinado, de compañias, de celulas, pero no del amor a estudiantes, mi bandera, y en donde esta inscripta mi infancia,
Yo dejo en este comentario que responde a nuestras inquietudes, que nos encuentra en el camino, que es tu mojón, tu marca, algunas sensaciones que no supe como volcarlas sino abrías, sino hacías que el interior de este espacio tenga comunicación directa con el exterior. Que es por donde andamos todos.
Y ese logro es tuyo.
La barra eternemente agredecida, sentí la barra: SALUTE!!
Gracias! Y que la barra sepa que en la mesa siempre habrá lugar para el que quiera expresarse.
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Descubrí «El Motivo» por casualidad, hará unos tres años, cuando una mañana fría me había sorprendido aún sin desayunar.
Pecado imperdonable el mío: llevaba dos décadas circulando mensualmente la zona y hasta entonces no lo registraba.
Hoy por hoy, cuando ando por Villa Pueyrredon, es lugar de culto para desayunar, hacer un alto en el camino, esbozar alguna estrofa y planificar el día.
Mi ubicación preferida es junto a la ventana, mirando hacia Constituyentes, y cuando miro el nombre de la Avenida recuerdo a mi novia, tataranieta de Salvador María del Carril.
Conservo un terrón de azúcar de mi primera vez allí.
Y juro: no he probado en mi vida tan rico café con leche, cargado y en gran tazón blanco, acompañado de medialunas de grasa sabrosísimas, cubiertas por una fina capa de almíbar.
Me encantó tu reseña!
Gracias Pablo por tu testimonio!!! Descubrí El Motivo de pura casualidad. No soy del barrio. Y siempre vuelvo por sus alfajores de maizena!!!
Abrazo
Mirá vos…ahora ofrecen también babyscuits, pero las medialunas son consulares! Abrazo!