En apenas 200 metros de la Av. Boedo hay dos Cafés Notables (Homero Manzi y Margot), otros dos con igual capital simbólico (Trianón y Pugliese) y propuestas muy interesantes como Pan y Arte. Pero, además de estas notables opciones hay un café (Boedo 944) de los que apenas se notan, el Café Florida.
Para aquellos que aman la estética de los años ’70, el Florida es un templo en estado puro. Abrió en 1971 y desde entonces se mantiene igual. Es un auténtico café sin otras pretensiones de servicio y gastronomía que no sean las esperables y habituales a un “café de barrio” y no “del barrio, porque hay muchos” como afirma Luis, su propietario.
El nombre “Florida” presume toda una provocación a la histórica pelea ideológica/literaria entre los grupos Boedo y Florida. Mas no (una verdadera pena tanto que prefiero seguir creyendo que éste era el verdadero motivo). Se llama así porque en el lugar supo estar la pizzería La Flor que luego se cruzó (en 1969) a la mano de enfrente de la avenida y posteriormente cerró sus puertas. Luis y Liliana, su mujer, le pusieron entonces Florida en homenaje a la antigua Flor con la que mantuvieron un parentesco familiar.
En una zona atiborrada de cafés (a los mencionados podría agregar el Alenjo, Esquina Sur y varios más) el Florida sostiene un orgulloso indicador, el 95% de su público son habitues. O sea, entrar al café es hacerlo a una gran familia con sus consabidas anécdotas, alegrías, penas. Todos saben de todos. Se cambian de mesa, sostienen varias charlas simultáneas, todo me recuerda al cuento del Negro Fontanarrosa (leer Sentirse en casa). La comunión que se forma es tal que un día se sentó a tomar café Robert Duvall y la dinámica siguió como siempre, como la de un café de barrio donde nadie es más que nadie. También se sentaron a sus mesas Mercedes Sosa, Domingo Cura y el gran Osvaldo Pugliese. Según Luis, en el café hacen shows porque «el show son ellos».
El Florida abre de lunes a sábado de 7 a 21 y los domingos tres o cuatro horas. No tiene internet por decisión de sus propietarios que quieren que sus parroquianos se desenchufen por el tiempo de un café. O de una copa, que circulan como ríos de montaña. Es muy, pero muy, raro conectar hoy con un espacio similar en Buenos Aires. Sobre todo porque no está ubicado en un barrio del arrabal sino en plena y efervescente avenida Boedo. El porqué aún no es un Café Notable lo desconozco. Repertorio patrimonial y cultural tiene de sobra. Sí, tiene televisor. Con una programación exclusiva. Los burros. El local de al lado es una agencia hípica oficial y en el momento sublime de cada carrera el café contiene su respiración.
Y perdón por el cliché, pero en este momento no puedo evitar a Carlos Gardel.
!!Qué recuerdos me trae este lugar ahi le ayudaba a mi papá a trabajar(él era lavacopas año 1974)en esos años habían unos compañeros Roque(maestro de cocina),Marcelo y Mauricio(eran garzones),el encargado o dueño no recuerdo se llamaba dn.Pedro,él me hizo un sueldo yo tenía 12-13 años,una vez recuerdo que fuimos junto con los otros trabajadores de la pizzería la Flor que estaba enfrente del café Florida a celebrar o compartir a un lugar(comimos asado) lo pasamos bien,quiero mandarle un saludo a quien lea esto y darle las gracias por habernos recibido ya que nosotros somos chilenos,que estuvimos en vuestra tierra…gracias a la distancia!! ..mi correo es kirbyespinoza62@gmail.com si quisieran escribirme algo,abrazos…
Hoy en día es una sucursal más del nefasto Kentucky.
QEPD.
Sí… lo sé… vivo en Boedo… patético
Hoy descubrí este «notable» Blog, qué cual viejo café resiste el avance de las tendencias comunicacionales en tiempos donde impera espacios para decir cosas en pocos caracteres, o la «selfie», neologismo anglosajón que porta toda la ideología de «hagalo ud. mismo», solo, sin enlace con el semejante pero si conectado en la Web. Entonces, decía que en estos tiempos de palabra anoréxica e imagen autosuficiente, encuentro el placer de la foto no selfie, y del relato. Ello, de por si me permite un disfrute particular. El Blog como espacio de despliegue de palabras e imágenes quizás requieran también de protección para no sucumbir… El tema es que hoy, 27 de mayo de 2017 en un Otoño aprimaverado, pase por mi viejo barrio de Boedo, donde viví hace 32 años atrás, puntualmente en Loria y Carlos Calvo. Recorrí sus calles como antaño en una pretendida rememoración imposible. La avenida era el paseo obligado para las salidas cortas, cuando no íbamos al Centro. La pizzería la Flor del Boedo citada en la nota, recuerdo a los hermanos que atendían y creo que eran los dueños de la misma, uno de ellos con un característico bigote “anchoíta”, salido de una película del Canal Volver. Eran muy amables en su atención, se que hace mucho cerro sus puerta. La pizzería La Flor de de Napoli, en la esquina de San Juan y Boedo en diagonal a la esquina Homero Manzi, a mi gusto la mejor pizza de Bs. As, también desaparecida, en su lugar una anodina confitería pizzería restaurante bar lounge, etc etc. propio de fines de los 90s, estética calcada que solidarios de la globalización pretenden abarca un universo general y sin ninguna especificidad. Así las cosas, hoy, después de mucho, pise las calles de mi juventud, de mi época de estudios, y veo que hay una pizzería Kentucky, donde antaño estaba el bar Florida, un bar que como magistralmente dice la nota, no tenía otra pretensión que su café. Recuerdo el encanto de poder sentarme en esa mesa, como tantas otras, disfrutar de un café, de un cigarrillo, escuchar y eventualmente participar de una charla… Hoy, si me sentara y quisiera emprender una charla prender un cigarrillo, en principio sería visto como un terrorista islámico a punto de detonar un pan de trotyl…. Oh melancolía, cantaba Silvio Rodriguez, señora del tiempo, cantábamos en aquella primavera democrática de principios de los ochentas… del siglo pasado. Un abrazo. Felicitaciones por el blog, si es que sigue escribiendo, y si es que alguien sigue leyendo….
Qué buena crónica Eduardo. Lo del Florida es una pérdida irreparable. Sigo con el blog, pero escribo menos porque ahora tengo mi propio Café Notable: La Flor de Barracas, que me ocupa mucho tiempo. Saludos!
Gracias por tu apreciación del comentario, y ya que dispone de su propio bar, intentaré en algún momento acercarme a tomar un café y departir amablemente. Saludos!!
Te espero!!