Hay barrios que se hace difícil ubicarlos o darles su lugar en el mapa. Como Villa Pueyrredón. Sin embargo, se hace más fácil cuando se los vincula con sitios que sirven de referentes (El Motivo otro orgullo de los húsares villeros) o rincones entrañables. Por ejemplo, El Rincón de Antonio.
Difícil calificar este lugar. Lo que no hay que hacer es dejar de conocerlo. La primera impresión es que El Rincón de Antonio es un comedero. Las mesas se agrupan contra un costado como en los grandes comedores de empresas. Son largas mesas comunitarias, pero que no responde a una nueva moda cool ni pretende copiar el formato de Le Pain Quotidien. Antonio lo decidió así antes que las franquicias impusieran códigos y conductas por todo el mundo. En El Rincón de Antonio se sientan a la misma mesa, empresarios, laburantes, barrenderos. Está flojo de mujeres, es verdad, pero en fin, será cuestión de copar la parada. Sigue leyendo