El Super es una rara cafés. Antiguamente compartía una identidad común con la gran mayoría de sus pares en Buenos Aires. Hoy está casi en extinción. Se encuentra en una esquina (Av. San Juan y Mármol), dispone de triple entrada, revestido en madera, ventanas guillotina, puertas vaiven. El Super es un café-café. Sólo ofrece productos de cafetería y sanguchería. El pebete de jamón y queso alimenta a un pueblo.
Su piso es el original de principios de siglo pasado. Todas las mañanas a las 7 en punto, Estanislao, un gallego de 84 años levanta las persianas (solo él y su alma) para atender a la clientela que le consume siete docenas de medialunas diarias. Entró a trabajar como reemplazo de un mozo por dos días. Lleva 20 años.
Boedo tiene varios Cafés Notables, pero, afortunadamente, también dispone de estos patrimonios barriales de excepción. El Super es un café de relajada lectura de suplementos deportivos, avisos clasificados, resultados de las carreras. No tiene televisor ni música funcional. Mucho menos wifi.
Aquellos que visiten Boedo y quieran saber algo más de su historia cotidiana, no dejen de visitar el Super. Estanilao vive en el barrio hace 40 años y puede brindarles ricas anécdotas mientras saborean su café.