Traspasar el umbral de El Modelo invita a retroceder a un tiempo sin apuros ni ansiedades. El café está abierto desde 1920. Lola, su dueña, 89 años, vino a la Argentina en 1950 para casarse con uno de los cuatro gallegos dueños del almacén/café, como solían funcionar en los barrios a principio del siglo XX.
Hoy, su hijo, Carlos, de 62 años mantiene esta pequeño museo barrial en donde los parroquianos se juntan a jugar a los naipes o al dominó.
El televisor es el de la familia y está apartado para no contaminar de presente las mesas. Los habitues son como miembros de una sociedad de fomento (me dice Carlos). Vecinos de años, taxistas, amantes de la fotografía. El menú del día (de todos los días) es tortilla de papa de Lola. El Modelo es una reliquia barrial de la calle Santander 487, Parque Chacabuco, donde sus límites se confunden con Boedo. En sus mesas se juega todo tipo de juego de naipes de origen español. El dominó también es una moda que lleva casi 100 años. Su visita es impostergable. Ah, y el café sale sólo 8 pesos.
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