La Piedra queda en Corvalán 2499. Esquina Hubac. ¿Qué las calles no suenan céntricas? Es verdad. Pertenecen a Villa Lugano, uno de los barrios periféricos de Buenos Aires. Sin embargo, este café es un claro ejemplo que la mística cafetera porteña no se reduce a algunos barrios en particular.
El nombre viene desde la época en que todo el barrio eran lotes para urbanizar. Entonces en este solar existía una enorme piedra que servía de referencia. A tantos metros, o cuadras, o partir de… «la piedra». Y así le quedó nomás al lugar. Hoy (y desde hace 30 años) lo atiende Tito Giambroni. Tomarse un café en La Piedra es hacerlo en color sepia. Remitirse a un tiempo de cadencia siestera. A ritmo humano. Por sus mesas ni idea deben tener de «slow city», pero quien quiera saber de qué va el concepto, este es el lugar para comprenderlo.
Visité el café de mañana. Y Tito me indicó el error. La Piedra se pone linda de tarde. Cuando se arman mesas (así, en plural) de jugadores de dominó, mus, truco, chinchón. Viva la patria. Volveré. Todos debiéramos hacerlo. Volver en el tiempo quiero decir. Retroceder décadas a cuando nuestros abuelos se juntaban en el café luego de la jornada laboral a reunirse con amigos y a construir, sin saberlo, un patrimonio (pronto a ser declarado de la Humanidad por UNESCO) que nos identifica.
La Piedra abre de lunes a viernes de 7 a 20 y sábados hasta las 17. Lo que más sale es ginebra, mariposa, boussac. Sus ventanas son guillotina. El piso granítico. El café es servido en vaso de vidrio. Varios futbolistas lo frecuentaron, el Nano Areán y Toscano Rendo, por ejemplo. Pero, si hubo un club que lo marcó es Nueva Chicago. Su dirigencia todavía lo frecuenta. Y uno de sus máximos emblemas dejó una huella imborrable en el lugar. Fue el inefable Rodolfo Motta. Buenos Aires es inabordable. Afortunadamente, sus cafés sirven de refugio antes de animarse a transitar este jardín de senderos que se bifurcan (gracias don Jorge Luis por contarnos como nadie).
qué lindo lugar. Me gustaría conocerlo. Me queda un poco (muy) trasmano Lugano, pero suena tentador.
Más allá de eso, hay un lugar que es digno de Café Contado en Santos Lugares. Sobre Avenida Rodriguez Peña, café Miguelito. Un viaje en el tiempo.
Gracias Mery!! Trataré de ir. Un beso.
quiero aclarar que la calle es Hubac y no Habus, es un bar donde muchos dirigentes técnicos de Nueva Chicago lo usaban como lugar de encuentro, bar tradicional de hace muchas décadas
Gracias Lili. Cometí un error. Seguro fue no ser del barrio. Ya fue corregido. Tenés un café pago.
Felicitaciones, por tu trabajo. Queria decirte el Bar La Piedra, esta en Corvalan 2499, esquina Hubac.
Yo voy frecuentemente al Bar y realmente lo reflejaste muy bien en tu relato.
Gracias Maxi! Es verdad, tipeé mal. Ya fue corregido. Tenés un café pago.
Me parece que el barrio no es Lugano, sino Mataderos. Lindos barrios donde todavía no llegó la “invasión amarilla” con sus bicisendas, metrobuses, macetones y pendorchos amarillos por doquier. Ojalá se mantenga el espíritu porteno y no “globalicen”estos barrios
Gracias por escribir Oscar. Es Lugano nomás. Mataderos empieza del otro lado de Eva Perón. Pero, en fin, es un detalle menor.