A principios del siglo XX existía una categoría de comercio que hoy ha caído en desuso, el Almacén-Bar. Eran sitios, generalmente ubicados en esquinas, que funcionaban como despacho de comestibles y que se comunicaban por una pequeña puerta con el bar. En muchos barrios, sobre todo en aquellos donde los espacios verdes no abundaban, estos lugares servían de espacios públicos de sociabilidad, encuentros, novedades y celebraciones. El barrio de San Cristóbal luce con orgullo una auténtica joya patrimonial que supo llamarse «Despacho de comestibles al por menor. Venta de bebidas en general y despacho de bebidas alcohólicas. Cao Hermanos». Hoy, Bar de Cao.
El Bar de Cao queda en Av. Independencia al 2400, esquina Matheu. El edificio funcionó como bodegón desde de 1915. Los hermanos Cao, asturianos, lo adquirieron y convirtieron en almacén-bar a partir de 1930 y atendieron hasta 2000. En 2005, sus actuales propietarios lo rescataron, pusieron en valor, unificaron el espacio y convirtieron en un sitio de atracción sin igual para la ciudad de Buenos Aires. Hoy la vieja despensa de los hermanos Cao integra el grupo de Los Notables junto a sus «hermanastros»: Margot, La Poesía, El Federal y Celta Bar.
No voy extenderme en este post sobre la historia del lugar. Existe suficiente información y dejo unos cuantos links para los interesados. Sí quiero detenerme (excelente término para la ocasión) en la sensación que se experimenta al sentarse en una mesa del Bar de Cao. El Café ofrece una variedad de elementos auténticos que sirven de abrigo al alma. Es como volver a la antigua casa familiar de cada uno. Me recuerda al genial recurso narrativo de Woody Allen cuando irrumpía en el medio de una reunión familiar en casa de sus padres y observaba (y se observaba a sí mismo siendo aún niño) muchos años después y desde otra dimensión. El Bar de Cao provoca lo mismo. Las puertas vaivén, las ventanas guillotina, la madera que gana todo el espacio, las estanterías originales, la mesada de mármol, el piso original, todo produce la sensación de ver a los Hermanos Cao pesando y despachando mercadería o sirviendo aguardientes en el bar contiguo.
No entiendo como no existe la Peregrinación Popular al Bar de Cao. Habría que ponerle fecha. Como la caminata a Luján. Los buscadores de los viejos bodegones, almacenes y cafés se deben una visita obligada. Para los amantes de la fotografía cada centímetro cuadrado es un estímulo. Y la oferta gastronómica no se queda atrás de la puesta escénica. A la carta habitual de los típicos bodegones, se le agregan las originales Picada Cao, la Gran Cao o sánguches de lomo, pollo y hamburguesas Cao. La lista también incluye el café Cao: café, Tía María, rhum, crema y canela. Imperdible.
Hablando de café, Leonardo Busquet, gestor cultural del Grupo Los Notables, nos regala una anécdota: la vieja máquina de hacer café, que aun se conserva como pieza de museo, jamás le funcionó a los hermanos Cao, entonces el café servido era de filtro. Los Cao siempre decían: «la máquina se nos descompuso ayer».
Buenos Aires dispone de recorridos turísticos barriales reconocidos en el mundo como Recoleta, Palermo, La Boca, San Telmo, ahora se hace ineludible incluir a San Cristóbal. Y para los que no se animen a la Peregrinación, el Bar de Cao ofrece estacionamiento gratuito por 2 hs en la calle Estados Unidos 2423.
Último dato de color: durante mi visita la lectura de libros en las mesas de gente sola fue trend topic. Say no more.
Más info:
http://www.bardecao.com.ar/que-notable.php
https://cafecontado.com/2013/10/07/de-la-pulperia-al-almacen-y-despacho-de-bebidas/
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