En el listado de los Cafés del bajofondo, de esos que apenas se notan, el Douglas es un auténtico referente. Queda en la esquina de Condarco y Beláustegui, en el barrio de Villa Santa Rita, en el limite con Villa General Mitre.
El Douglas está detenido en el Túnel del Tiempo. La paz del entorno convierte al interior del café en un espacio atemporal. Sus actuales dueños son dos gemelos: José y Manolo García. ¿A qué no saben su origen? Sí, la respuesta es obvia, Galicia. Aclaro lo de los hermanos porque en esa pérdida de tiempo y espacio en el que uno se sumerge al entrar al Douglas, no se sugestionen ni angustien, ver a dos personas idénticas les puede generar temores hipocondríacos infundados.
Manolo me cuenta que cuando con su hermano se hicieron cargo del Douglas, no se sentían muy cómodos con el nombre. No representaba a su Orense natal. El Café ya tenía esa denominación y venía de una famosa marca de cigarrillos de la década del ’50 de la firma Particulares cuya planta ocupaba la manzana justo de enfrente.
Entra un parroquiano al café y le indica con sus dedos el número dos a José, luego sigue camino al baño. Detrás de él, entra otro que se sienta a una mesa. Vienen juntos. El gemelo a cargo de la cafetera prepara los dos cafés y se los alcanza. No mantienen diálogo. Es innecesario. Está todo dicho.
Después de la fábrica de Particulares, se instaló en el lugar la firma Georgalos que se mantuvo hasta el año 2000. Hoy la manzana la ocupan edificios de viviendas en altura. Eso es lo que se observa caminando por la calle. Dentro del Douglas, la atmósfera sigue cargada de historias de vida de miles de operarios que lo invadían a diario.
Un jubilado telefónico que todos los días se toma un café mientras lee el diario me cuenta cómo era el barrio de entonces. No voy a cometer la herejía de reproducirlo. Jorge Luis Borges lo pintó como nadie en «El hombre de la esquina rosada» cuando narra las andanzas de Rosendo Juárez, el pegador, de los que pisaban fuerte por Villa Santa Rita. El cuento completo pueden leerlo en el siguiente link:
http://www.literatura.org/Borges/EsquinaRosada.html
El Douglas es un café ideal para rememorar un Buenos Aires de cuchilleros y orilleros cuando el arroyo Maldonado corría a cielo abierto. El ritmo es lento. Ideal para recuperar el eje. La música acompaña. Mientras tomo mis apuntes suena en la radio del viejo equipo de audio «Dulce 3 nocturno» de Pescado Rabioso en la exquisita versión de Man Ray. Ni los gemelos García, ni el jubilado telefónico ni los demás parroquianos deben conocer la canción. Son de otra época. Sin embargo, les pertenece. Está en el aire sin tiempo. Dejo el video para aquellos que quieran reproducir la situación y dejarse llevar por la música unos minutos:
Un Café de barrio, un cuento de Borges, el fantasma del Maldonado serpenteando entre las mesas, la lírica de Luis Alberto Spinetta… gracias totales Buenos Aires!
MUY BUENA LA NOTA Y MUY BUENO EL BLOG
Gracias Andrés…por el dato ja!
ese Bar tatas historias, pero me encanto la nota, vivo al frente.. desde que tengo uso de razón vi ese Bar y ni hablar de las veces que fui a buscar a mi viejo que cada mañana o tarde se refugiaba en el… hasta para cuando tenia teléfono … el bar conserva aun si vieja maquina de cortar fiambres manual sin electricidad.. con estos tiempos que corren es una gran solución… jajaja recuerdo su teléfono publico de Entel naranja a fichas… y un gran dato mas… cuenta con juegos de Ajedrez … para los amantes de el juego es un buen lugar para jugar, aprender y pasar el tiempo, años atrás se competía con reloj y todo… sus mesas eran diferentes, y las de afuera fue apenas hace unos años .. antes todo era adentro … pero tal cual dice la nota.. mantiene esa esencia de barrio, de la fabrica de cigarrillos Particulares, del Club particulares, actual iglesia cristiana… ect.. ect.. gracias por la nota.. desconocía el origen del nombre … y gracias a esta nota ahora lo se.. Abrazo
Gracias por escribir! Y por los aportes!!! Abrazo.
Al Douglas voy un par de veces a la semana. Vivo a la vuelta. Mi perrita, una caniche toy, es la que me lleva ahi. Cada vez que salimos de casa, ella sale corriendo para el bar. Pepe le trae queso o algun fiambre cuando la ve y cuando no, ella se queda mirando para adentro, buscandolo con la mirada o en algunas ocasiones ladrando.
Me gusto mucho este post.
Saludos
Brian.
Qué lindo testimonio Brian!! Gran café el Douglas. Saludos!
falta decir que se toma el mejor café!
Pues ya lo dijiste vos María. Tenés un café pago.
Indiscutiblemente el mejor cafe de Baires!! Asi como el clasico de crudo y queso. Imperdible!!!
tremendo el café del Douglas y si te pedís un sándwich almorzas tranquilo , aparte son hinchas de boquita los gemelos….
De acuerdo en todo, pero lo de «boquita»es un elogio?
En esa casa .. porque halla por 1936 hasta por lo menos 1946…. parte de ese hoy salon era un dormitorio …alli nació SILVIO FELIPE BONESI … mi hermano … y tambien yo NORBERTO BONESI… en aquella epoca era también almacen…. mi padre ANDRES BONESI… y mama MARIA MAGDALENA MARTINOLI lo atendían….busare alguna vista fotográfica para arrimar al blog …
Quiero aprender y jugar