El Boliche de Roberto

Buenos Aires tuvo hasta avanzado el siglo XX varios almacenes con despacho de bebidas. Por lo general el almacén estaba en la esquina con ingreso por la ochava y en una pieza separa pero contigua, también con salida a la calle, estaba la barra donde se juntaban por la tarde los hombres (no estaba bien vista la mujer que frecuentara esos ambientes) a tomar alcohol y jugar a las cartas. Cuando la legislación se modificó, muchos terminaron derribando la pared que los separaba y ampliando el salón reconvirtiéndolo en grandes almacenes que luego derivaron en bares o restaurantes. Los hay y muchos. Y muy conocidos: el Bar de Cao, Miramar, Difei, etc. Pero existe un caso singular en Almagro. El almacén de la esquina cerró y cambió de rubro y quedó sólo el pequeño bar que con los años se convirtió en el Boliche de Roberto.

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El Boliche de Roberto está en Bulnes 331, casi esquina Perón. En diagonal a la Plaza Almagro. Es uno de los Cafés Notables de Buenos Aires. Pero lo suyo es el bajofondo. Abrió en 1893 y se lo conocía como «La Casaquinta». Tenía palenque donde descansaban los caballos de los carreros que iban al Mercado de Abasto. Más tarde se lo llamó 12 de Octubre (es su nombre oficial). En 1960 Roberto con su hermano Jorge heredan el almacén-bar. Sigue leyendo

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Hendricks vive en Buenos Aires

Dentro de los cafés al paso que abrieron en los últimos años, o de los pocas barras para tomarse uno de parado que quedan en Buenos Aires, el Hendrick’s es de los más logrados. Abrió sus puertas en 2010 en un pequeño espacio de la calle Suipacha 1161, entre Av. Santa Fe y Arenales. Es un local delicadamente puesto que sólo trabaja en horario de oficina: de 9 a 18 hs. Para los trabajadores de la zona es de visita diaria ineludible, y para los ocasionales transeúntes o turistas que recorren el barrio, un sitio para hacer un pequeño alto, cargar combustible premium y dejarse tentar por su exquisita boulangerie.

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El Café Hendrick’s está ubicado en un edificio histórico y su estética conversa con el entorno contribuyendo a la armonía del distinguido barrio. Felicitaciones por el logro. Muchas veces la tentación por hacerse notar o imponer un estilo contamina el ambiente logrando un efecto adverso. Menos es más. En este caso el más puede venir en forma de brownie con nuez, carrot cake o budín de banana. El café está a cargo de Román, reconocido barista entre sus fieles seguidores. Cuenta la simpática Julieta, tender del Hendrick’s, que los más fanáticos entran y ordenan un «café de Román». Será cuestión de repetir este código para experimentar el mismo placer de los parroquianos que lo eligen a diario. Sigue leyendo