Muy próximo a la ribera sur de la ciudad, en Barracas, sobrevive un bar orillero de fines del siglo XIX. Se trata de Los Laureles, ubicado en la esquina de la avenida Iriarte y Goncalves Díaz. Abrió en octubre de 1893 como pulpería. Con el tiempo atravesó la evolución comercial que da vida a tantos de nuestros actuales Bares Notables. La mencionada Aquella pulpería devino en almacén, luego fue Café-Bar-Billares y, hoy, es un bodegón milonguero que los vecinos cuidan con recelo para que ningún lifting desfigure su añoso encanto.
¿Siempre se llamó Los Laureles? Claro que no. Los primitivos centros de abastecimiento no disponían de nombre comercial. Por lo general, el decir popular los nombraba con el apellido de los propietarios o dependientes. Al momento de comenzar a funcionar, las vías del Ferrocarril del Sud le pasaban por la puerta. O sea, a nivel de la calle. Más tarde el trazado ferroviario se elevó a nueve metros de altura. Para la esquina el resultado no pudo ser mejor. El terraplén le dio seguridad a los parroquianos mientras que le otorgó un inquietante halo de misterio al rincón.